¿Sabes cuáles son las causas de que te duelan los dientes al tomar un helado? ¿Y cómo evitarlo?  

Sigue leyendo y aplica nuestros consejos para un verano más saludable!

La sensibilidad dental se presenta como un dolor agudo, localizado y temporal asociado a la ingesta de alimentos muy fríos o calientes, ácidos o dulces, así como al tacto. Esta sensación dolorosa está causada por la pérdida o el debilitamiento del esmalte que protege los dientes. Al quedar expuesta la dentina que forma el interior del diente y recubre las terminaciones nerviosas, se produce el dolor. La buena noticia es que se puede tratar y, en la mayoría de los casos, evitar su aparición siguiendo algunos sencillos bastante sencillos.

Las molestias por dientes sensibles pueden estar provocadas por:

Un esmalte dental desgastado, ya sea por el exceso en el consumo de ciertos alimentos (ácidos, por ejemplo), por una mala higiene dental (como el uso de pastas dentales abrasivas) o por la erosión provocada por el bruxismo (rechinar involuntario de los dientes).

Otras patologías relacionadas con la pérdida de protección de la dentina, como caries, traumatismos o problemas en las encías.

El primer consejo para prevenir o curar la sensibilidad dental es acudir a nuestra clínica con la aparición de los primeros episodios de malestar en los dientes. Nuestros especialistas podrán determinar la causa concreta de tu dolor y proponerte un tratamiento específico para el origen de tu dolencia. Como siempre cuando se trata de salud bucal, la prevención, la atención profesional inmediata y la aplicación de remedios personalizados son la mejor manera de evitar y hacer desaparecer el problema.

También puedes revisar tus hábitos de cepillado. Asegúrate de realizarlo al menos dos veces al día, con un cepillo de dureza media o suave y sin apretar demasiado. Usa una pasta de dientes poco abrasiva: existen diferentes marcas de dentífrico en tu farmacia que están especialmente indicadas para situaciones de sensibilidad dental. Completa tu higiene dental con un colutorio e hilo dental.

Además, evita el consumo de alimentos muy ácidos, corrige el hábito del bruxismo junto a tu dentista y elimina malos hábitos como sostener con la boca algunos objetos u otras prácticas que exponen los dientes a la pérdida de esmalte.

Y recuerda especialmente que las revisiones regulares de tu salud dental que ofrecemos en nuestra clínica son la mejor manera de conocer las amenazas para tu bienestar dental, prevenir la aparición de futuros problemas y disfrutar así de una boca sana y un verano tan intenso como desees.